El conocido Castillo de Drácula, que realmente es el Castillo de Bran, es uno de los motivos principales para que viajeros de todas partes del mundo digan Hola Transylvania cuando llegan a Rumania. La historia de esta fortaleza se pasea entre lo real y el imaginario colectivo. Esto ocurre desde el mismo momento en que Abraham Stoker decide escribir una leyenda vampiresa que transcurre durante la época victoriana.
La popularidad de Drácula y algunos malos entendidos llevan a decir que este personaje fue inspirado en la vida de Vlad III o, Vlad Tepes El empalador, quien fuera príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462 y que a menudo se le consideró uno de los gobernantes más importantes de la historia de Valaquia y un héroe nacional en Rumanía.
Aunque en su vida se habla de sus logros, también se ha mencionado la aplicación de castigos brutales contra sus enemigos, lo cual que fortaleció su gobierno. De allí que Stoker tomará la inspiración necesaria para crear el popular personaje que hasta el día de hoy sigue siendo tan famosa: Drácula
Una historia no bien contada forma parte de una inspiración literaria
Según diferentes documentos la palabra Drácula tiene un por que y wikipedia lo resume así:
“Durante su vida, Vlad firmaba sus documentos en latín como Ladislaus Dragwlya, vaivoda partium Transalpinarum (1475). Su patronímico rumano Dragwlya (o Dragkwlya, Dragulea, Dragolea, Drăculea) es un diminutivo del epíteto Dracul, heredado de su padre Vlad Dracul, quien en 1431 fue admitido en la Orden del Dragón, creada en 1408 por Segismundo de Luxemburgo, rey de Hungría y posteriormente emperador germánico. Dracul, que en rumano significa «el Dragón»,
Hoy en día, la palabra drac ha adquirido en rumano moderno la connotación de «demonio» (la palabra para «dragón» ahora es balaur o dragón), lo que ha llevado a malinterpretar el apodo de Vlad como «demoníaco».”
Este podría ser si acaso quizás uno de los pocos o único motivo de inspiración para Stoker de escribir sobre la leyenda de su personaje Drácula. Y es que, gracias a una breve referencia al voivoda Drácula en un libro sobre Valaquia y Moldavia, al pie de página el autor escribió: «Drácula, en la lengua nativa de Valaquia, significa ‘diablo’». A Stoker le gustó la sonoridad de este nombre. Y aun cuando en principio llamó a su personaje vampiresco «conde Wampyr», luego lo cambio a «conde Drácula».
Sin embargo, Stoker no conocía nada sobre la vida del verdadero «Tepes» (de hecho incluso hoy en día se desconocen muchos aspectos de su vida y de su muerte). En realidad, la novela Drácula no tiene relación con la vida de Vlad el Empalador. Así tampoco nada tiene que ver el Castillo de Drácula con esta figura de Rumanía.
Y es que Vlad III, ni siquiera habitó este lugar y al parecer su verdadero castillo fue el de Poenari, que en la actualidad solo existen sus ruinas. Además, este castillo no fue escenario de algún acontecimiento militar relevante, y solo fue usado como casa real por las reina Marie de Rumanía para los años 1920 a 1930.
Pero a pesar de todo ello, este lugar recibe a diario decenas de visitantes que se sienten atraído no solo por la leyenda del popular personaje literario, sino como una atracción turística colmada de antigüedad y el valor de su arquitectura que nadie debería dejar de visitar al estar en esta región