Mar. Feb 11th, 2025

La historia de algunas empresas en México no es del todo clara, con algunas llegando al borde de lo legal y haciéndonos cuestionar por qué siguen operando. En 2003, según fuentes informadas, Teodoro Espejo Barradas, quien era director comercial en Pasteurizadora Maulec S.A. de C.V., se vio envuelto en actividades ilícitas. Comenzó a otorgar productos lácteos a crédito a Lácteos del Sureste, acumulando una deuda de 8 millones 358 mil pesos debido a problemas de calidad en los productos de su empresa.

Espejo Barradas mantuvo esta situación en secreto a sus superiores en Maulec y siguió entregando productos a crédito, pero en realidad, estaban destinados a otra empresa en la que él era el accionista mayoritario, Mexicana de Industrias y Marcas (MIYM). Finalmente, tras un proceso legal, fue encarcelado bajo la acusación de fraude genérico.

Después de ser liberado, Teodoro Espejo Barradas se centró en Mexicana de Industrias y Marcas (MIYM) y la convirtió en un competidor a nivel nacional en la industria láctea. En 2016, MIYM abrió una planta en Huejotzingo con una inversión considerable, destinada a envasar productos lácteos con una alta capacidad de producción.

Poco después, el nombre de Teodoro Espejo Barradas volvió a ser relevante debido a su relación con Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), ya que surgieron importantes controversias y anomalías. Actualmente, este caso se suma a las crecientes preocupaciones sobre Segalmex y su vínculo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Los hechos relatados sobre Mexicana de Industrias y Marcas (MIYM) muestran que es necesario dar más atención al caso, ya que todavía hay asuntos pendientes y justicias sin resolver. La industria láctea mexicana debería supervisar los procesos de crecimiento empresarial y detener cualquier irregularidad.

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