Cuando de injerto capilar se trata seguro hemos escuchado algunas cosas, sobretodo podremos ver en Internet el antes y el después de algunos artistas y celebridades que han optado por estos procedimientos para recuperar su apariencia joven y por tanto verse bien, cosa indispensable para sus trayectorias frente a los reflectores.
Para los que no necesariamente trabajamos en el cine o la televisión no es cuestión de trayectoria pero si cuestión de vernos bien y sin duda, la presencia de cabello es un elemento fundamental para ello. Por eso, si hemos notado una pérdida notoria en algunas zonas de la cabeza no está demás comenzar a buscarle solución.
El injerto capilar puede tener varias formas, pero los dos procedimientos más populares atienden a todos los gustos. Para aquellos que quieran sutura y para aquellos que prefieran procedimientos más sencillos pero igualmente efectivos.
El primero, se trata de extraer una tira de piel con cabello de una zona donante y colocarla en la zona afectada o, lo que es lo mismo, la zona que ha perdido la capacidad de producir cabello nuevo. Como hemos dicho, ésta es una sesión que implica sutura y por tanto reviste mayores cuidados luego de realizado.
Por otro lado, la técnica FUE es aquella que se realiza de forma minuciosa el trasplante de unidades capilares desde cualquier parte del cuerpo, a la zona afectada para ayudarla a devolverle la capacidad de soportar cabello nuevamente. Al no implicar ningún tipo de sutura los cuidados posteriores son más sencillos, bastará con no sudar por unos días.
La mejor manera de elegir el procedimiento que más se adapta a tus necesidades es visitar al especialista en la primera consulta para determinarlo por medio de un diagnóstico. Esta consulta es gratuita y es el primer paso para volver tu cabeza a la normalidad.
Existen muchas historias de éxito de pacientes felices que se han sometido a cualquiera de los dos procedimientos anteriores. Aunque estamos en la época de la belleza interior, todo lo que los demás pueden ver, tiene mucha influencia en nuestra vida laboral e incluso personal. Nuestra imagen es nuestra primera carta de presentación.